On the way back from the bodega, Sofia is drawn into a life-like mural of Old San Juan where she dances, sings, and conquers her fear of the vejigante before being called back to the barrio by her mother.
En el camino de vuelta de la bodega, Sofía se dibuja en un mural realista del Viejo San Juan, donde ella baila, canta, y conquista su miedo a la vejigante antes de ser llamado de nuevo al barrio por su madre.